Dirección: Gabriel Olivares.
Hay pocas figuras tan representativas e icónicas de una época como Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, más conocido como Manolete. Cuando el diestro cordobés falleció de una trágica cornada en la Plaza de Linares de Jaén en 1947 se convirtió en mito de una España de posguerra que vivía acomplejada y con ganas de salir adelante.
Se ha escrito mucho sobre la brutal cogida por el Miura Islero y sobre como aquella plaza no estaba preparada y apenas contaba con una pequeña enfermería donde atender al torero que se estaba desangrando. Lo que no se ha contado es que el diestro cordobés triunfó gracias al sacrificio y explotación que vivieron sus hermanas, Dolores y Angustias.
Según una crónica de 1943, durante una corrida de Manolete se escucharon gritos e insultos hacia sus dos hermanas que fueron a verlo torear. El diestro no hizo nada por parar los insultos y siguió toreando como si no pasara nada. Esta escena es una de las muchas que componen Las hermanas de Manolete, obra escrita por Alicia Montesquiu y dirigida por Gabriel Olivares en la que se realiza un doloroso y certero retrato sobra la España de posguerra. Una época oscura llena de prejuicios, envidias y rencillas que definían el día a día y la convivencia entre españoles. Como suele pasar, las mujeres eran las grandes perjudicadas y muchas tenían que renunciar a su libertad y sueños. Esta es la historia de tres mujeres valientes y adelantadas a su tiempo.
Las hermanas de Manolete nos cuenta un encuentro de ficción que bien pudo producirse entre Dolores, Angustias y la novia del torero ya fallecido, Lupe Sino. Una reunión que sirve de pretexto para hablar de las mujeres que rodearon la vida de Manolete y que tanto le quisieron.
Dentro del retrato muy crítico que realiza el texto de Alicia Montesquiu, resulta muy interesante descubrir como Manolete, incluso ya de mayor, era un niño mimado que le gustaba dormir con su madre y que además era aficionado a la cocaína y las malas amistades. No obstante, el punto más interesante de la obra es la revelación de que Dolores y Angustias fueron obligadas a prostituirse por la madre para que Manolete tuviera dinero para poder comprar sus primeros trajes de luces y tener alguna oportunidad en el mundo del toreo. Una renuncia que inicialmente las hermanas viven en la obra como un sacrificio, casi natural, pero que según va pasando la obra descubriremos la gran factura emocional y psíquica que les ha pasado. Infancias rotas guardadas en baúles cerrados.
Un retrato doloroso en el que Alicia Montesquiu, Ana Turpin y Alicia Cabrera se abren en canal para sumergirnos en una historia que, entre la ficción y la realidad documentada, diseccionan la vida y obra del torero. Por ejemplo, en la obra se niega uno de los puntos más polémicos de la muerte de Manolete, cuando las crónicas decían que Lupe Sino intentó entrar en la enfermería para casarse con el diestro en su agonía y con ello quedarse toda la herencia.
En definitiva, la caduca expresión de que detrás de cada hombre hay una gran mujer se muestra totalmente fuera de contexto en esta obra. En este caso detrás de tres grandes mujeres se encontraba un hombre acomplejado que no supo agradecer ni respetar el gran esfuerzo que le dedicaron tres mujeres que le querían. En definitiva, Las hermanas de Manolete es un interesante retrato feminista de tres mujeres que fueron silenciadas por la historia.
Concluyo con unas breves palabras para la dirección de Gabriel Olivares y la escenografía de Marta Guedán que hemos podido ver en el Teatro Maravillas: mas de allá de su crítica social y moral, Las hermanas de Manolete tiene un cuidado desarrollo visual (otro de los puntos más interesantes de la obra) con un desarrollo escénico que oscila entre el teatro y el cine. De esta manera, las protagonistas paran la acción y la retoman a las ordenes de la voz de un director que se presenta como un extraño demiurgo que va controlando el entorno. Un metalenguaje teatral con la que podremos ver determinadas escenas desde distintos puntos de vista, tanto emocional, como escénico. En definitiva, una interesante obra que podremos ver en el Teatro Maravillas hasta el 6 de enero.
