Luchando por la dignidad. Los fotógrafos Nacho Izquierdo, Nando Rivero y Lukasz Filar unen fuerzas en un nuevo proyecto fotográfico, que gestado al estilo de la fotografía documental, nace con el objetivo de dar visibilidad a la situación que atraviesan las familias de los dependientes.
Se trata de una colección de 30 fotografías en blanco y negro con las que se denuncia la difícil situación en la que se encuentran las personas dependientes y sus familias a causa de los recortes. “Luchando por la dignidad” es el resultado de tres meses de convivencia de los fotógrafos con cinco familias de Guadalajara que no han dudado en abrirles las puertas de sus casas para mostrarles su realidad cotidiana. La colección de fotografías se completa con un documental en el que se incluyen testimonios de familiares.
Poner luz a la lucha. La vida cambia para siempre cuando a unos padres se les comunica que su bebé llega al mundo con graves malformaciones, cuando un parto se complica y nace un niño con algún grado de parálisis cerebral, cuando un accidente deja a una criatura postrada para siempre, con secuelas insuperables. Entonces, el edificio sobre el que uno construyó su proyecto vital parece tener cimientos de barro, y la familia comienza a recomponer esquemas. Arranca una vida nueva marcada por la batalla interminable, y sólo el amor incondicional ayuda a superar los peores momentos de flaqueza. La híper dependencia del ser amado se convierte en el eje sobre el que gira toda la existencia.
Sacar adelante a un hijo con dependencia severa es una lucha cargada de emociones, tensiones y dificultades. Y es lícito que los afectados esperen que el entorno, los poderes públicos, ayuden a que la cuesta que se inicia sea lo menos empinada posible. Lamentablemente, no siempre es así.
En un pasado cercano España dio un paso importante con la Ley de Dependencia y el establecimiento de ayudas económicas a personas con necesidades extremas. Se entendió que la prestación era un derecho. Pero de unos años a esta parte la vocación de los gobiernos por “cuadrar cuentas” ha supuesto un hachazo a los avances conseguidos. Un informe del Tribunal de Cuentas dictaminó el año pasado que, de 2011 a 2013 la financiación estatal en ayudas a Dependencia se redujo más de un 23%. Este mismo informe constata que el fondo (poco más de 1.200 millones en 2013) no es ni la quinta parte de lo que necesita España para atender bien a sus ciudadanos dependientes.
En este periodo negro se han sucedido medidas que han dificultado más las cosas. Las revisiones de los criterios para otorgar ayudas han hecho que hasta 4.000 personas las hayan perdido. Al tiempo, se eternizan plazos y trámites, y en algunos casos llegan cuando ya es tarde.
En Castilla-La Mancha el presupuesto para Dependencia se ha reducido más de 1/3 desde 2011. Hay 14.000 grandes dependientes que aún esperan su prestación. Si añadimos la reducción de la cuantía de las ayudas, el resultado que obtenemos es el que se refleja en este trabajo.
En los últimos meses parece que se ha querido enmendar el rumbo con una nueva Ley Regional de Discapacidad, recién aprobada. El tiempo dirá si la unanimidad con la que se ha promulgado en las Cortes Regionales es refrendada por las familias destinatarias. De momento, no son pocas las críticas que ha recibido la Ley. Muchos colectivos afectados la siguen considerando insuficiente.
Las ayudas a la Dependencia son una necesidad básica para algunas personas. Tener un familiar en circunstancias como estas supone un ingente gasto. Son miles de euros lo que cuesta un determinado tratamiento, una adecuada silla de ruedas, la adaptación de una vivienda, un vehículo que permita el desplazamiento. ¡Hagan cuentas!
Esta exposición y este documental son una mirada a una realidad sangrante. La han realizado 6 profesionales de Guadalajara que han querido poner la luz a la lucha de Alberto, Álvaro, Lucas, Lorenzo, Alba, y de sus familiares. “La lucha por la dignidad” es el testimonio gráfico de una pelea por la integridad personal. Un grito de luz que quiere golpear la conciencia.
Nadie debe ser invisible a los demás, y las personas dependientes, con menos motivo. Dejemos, pues, que se haga la luz sobre ellos. Oscar Cuevas.