Ficha técnica
Autores: Sergi Grau, Iván Suárez, Álvaro San Martín y Joan Renter.
Editor: Tyrannosaurus books.
Género: Ensayo/Cine.
Páginas: 322.
Formato: 148 x 210 mm.
Interior: papel novela 90 gr.
Encuadernación: rústica, fresada.
Portada: color (300 gr.), laminado mate con solapas.
Fecha de publicación: 25 de septiembre de 2015.
Reseña
Nos hallamos ante un libro imprescindible para todos aquéllos que quieran saber casi todo sobre el director neozelandés que alcanzó fama y prestigio gracias a la trilogía del anillo y más tarde con la del Hobitt, pero que ya con anterioridad había brindado auténticos clásicos instantáneos como Agárrame esos fantasmas, Braindead o Criaturas Celestiales. Los autores ponen todo su empeño en desgranar la vida y obra de Peter Jackson desde el rigor pero también desde el afán por entretener al lector. El resultado es encomiable, pues su lectura satisfará tanto a los neófitos que se acerquen por primera vez a la figura de este emblemático realizador como a los ya duchos en la materia. El ensayo está trufado de multitud de documentos que denotan una profunda investigación sobre el tema: entrevistas, anécdotas, críticas, comentarios y exhaustivos textos analíticos que garantizan una lectura amena y enriquecedora. Desde los inicios de su carrera hasta sus últimos trabajos, todo queda desgranado bajo la lupa de un póquer de autores (Sergi Grau, Iván Suárez, Joan Renter y Alvaro San Martín, a los que hay que unir el prólogo de Tomás Fernández Valentí) que destilan entusiasmo en cada uno de sus escritos.
El ensayo está trufado de multitud de documentos que denotan una profunda investigación sobre el tema.
La obra se estructura en una serie de capítulos que coinciden con cada una de las películas que conforman la prolífica filmografía del cineasta. Cada uno de estos capítulos consta de dos partes bien diferenciadas: en la primera se trata de atender a todos los aspectos que rodearon a la producción de cada uno de los films, mientras que la segunda se dedica a la crítica por parte de los autores, que se van repartiendo cada título. El contraste entre documentación y reflexión funciona con la precisión de un reloj suizo. Las páginas se devoran con fruición y al final trescientas páginas te acaban pareciendo pocas.
Sorprenden algunos datos, que aquí no desvelaremos para no entorpecer el disfrute de los textos, desconocidos para muchos de los seguidores de Jackson. Relaciones con sus compañeros de trabajo, problemas de financiación de sus exigentes proyectos, exigencias varias que le llevaron a tener fama de déspota, un olfato descomunal para ser pionero en muchos de los avances tecnológicos de los que luego se han aprovechado cientos de producciones, su amor por el cine en general y por algunas películas clásicas en particular…
Vale la pena hacer hincapié en dos de sus películas, seguramente las más desconocidas para el gran público, dos cintas decididamente a contracorriente que nunca se citarán entre las preferidas de los fans del director. Nos referimos a El delirante mundo de los Feebles (1989) y a Forgotten Silver (1995), dos auténticas rarezas que vale la pena reivindicar. La primera se trata de una irreverente comedia de marionetas con altas dosis de violencia pasadas por el filtro de un peculiar sentido del humor: un zorro miedoso, una rana drogadicta, una rata que hace películas porno con vacas y cucarachas, un elefante maníaco y depresivo y una ballena mafiosa conforman un animalario tan estrafalario como repulsivo. En cuanto a la segunda, titulada en España La verdadera historia del cine, el realizador se sacó de la manga un falso documental destinado a ser emitido por televisión que pone al descubierto la vida de Colin McKenzie, pionero del cine de la Nueva Zelanda de principios del Siglo XX que inventó las cámaras de cine, la película en color, el sonido sincronizado, el travelling y otras importantes técnicas cinematográficas antes que D.W. Griffith y los hermanos Lumiere. Lo más chocante del asunto es que la mayoría de los telespectadores se lo acabaron creyendo a pie juntillas, en un ejercicio que pretendía homenajear al Orson Welles radiofónico de La guerra de los mundos.
En definitiva, quien eche un vistazo a este Peter Jackson, celestiales y monstruosas, no se va a arrepentir en absoluto. Y es que quien supo recrear el universo de Tolkien como nadie, bien se merecía una obra que estuviera a la altura de su personalidad inquebrantable.