Ficha artística
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Christian Hecq
Robert -
Valérie Lesort
Marie-Pierre -
Christine Murillo
Odette -
Jan Hammenecker
Inspector Langelaan
- Dirección:
Valérie Lesort
Christian Hecq
CRÍTICA
En cuanto te sientas en la butaca y se sube el gran telón, ya sabes qué vas a disfrutar de un gran espectáculo. Pocas cosas he visto en mi vida, visualmente tan logradas, divertidas y singulares. La agridulce mezcla al estremecerse y reírse al mismo tiempo, hacen de “La Mosca” (La Mouche) un espectáculo muy difícil de olvidar.
La obra mezcla con gusto varios mundos, estos son la ciencia-ficción, la comedia, pero sobretodo el terror, recordar que se trata de una interpretación libre de la novela homónima de Geroge Langelan de 1957 y sobre la cual se ha hecho alguna adaptación a la gran pantalla, siendo quizás “La Mosca” de David Cronenberg con Jeff Goldblum la más recordada.
Un patio trasero con un pequeño y descuidado huerto, una caravana y un viejo garaje, todo ello con impregnado en una estética sesentera y decadentes, van a ser el punto de partida de la obra, un teletransporte fallido con personajes encantadores y entrañables siempre muy cercanos al clown.
Odette (Christine Murillo) cultiva en su pedacito de tierra rábanos y “cotilleos”. También se hace cargo de Robert (Christian Hecq), su hijo, un “joven” temerario y bastante descarado, que encontrará creando en el garaje su forma de ocio particular, un teletransportador de materia, a veces viva, a veces...
La obra trascurre con ritmo lento, lo que ayudará a crear esa lúgubre atmosfera y en el que irán apareciendo los otros dos personajes, Marie Pierre (Valérie Lesort), antigua compañera de Robert en la escuela y el inspector Langelaan (Jan Hammenecker) que se encargará de resolver un misterioso caso de desaparición.
La Mosca se ira haciendo cada vez menos cómica y más oscura y truculenta, alejándonos de las carcajadas inocentes y acercándonos a los escalofríos culpables.
Como mencionaba al principio, la puesta en escena es sin duda uno de los protagonistas, los efectos especiales, una estética SteamPunk, la luz que se adapta sensata y unos arreglos musicales inmersivos, harán que nos metamos de lleno en la escalofriante historia.
En cuanto al casting creo que no podría ser más interesante, Christian Hecq es un bufón que irán mutando, literalmente, a lo largo de la obra y que ocupa el ancho y alto del escenario con un talento que pocas veces visto, Christine Murillo cargará con el peso del drama con soltura. Valérie Lesort y Jan Hammenecker pese a tener unos papeles no tan profundos, redondearan la historia y nos brindarán momentos divertidos.
La obra es en francés con subtítulos al castellano, puede que al principio sea algo engorroso prestar atención a todo, pero el texto es sencillo y pronto nos adaptaremos y podremos disfrutar de este maravilloso y truculento espectáculo.