Este libro recoge, siguiendo un hilo cronológico y con la aportación del propio biografiado a través de sus recuerdos plagados de rico anecdotario, todos los apartados de una carrera tan completa como variada, a lo largo de casi siete décadas y en todos los registros interpretativos.
Luis Varela pertenece a la gloriosa estirpe de actores que ha ido sucediéndose en el tiempo hasta el punto de haber llegado a constituir la columna vertebral de la interpretación en nuestro país. Actores y actrices provenientes del teatro, en cuya escuela se formaron llegando a desarrollar sólidas carreras.
Desde niño, cuando comienza de forma casual, hasta su retiro, Luis Varela ha sabido ofrecer, a base de disciplina, esfuerzo y talento, todo el caudal artístico que contiene el noble término de cómico. En cualquier personaje, con mayor o menor extensión, desde los casi anecdóticos hasta protagonistas, en comedias y en dramas, nuestro actor se ha mostrado con la mayor naturalidad; sin pasar desapercibido jamás ni en los escenarios ni en las pantallas.
Baste, en este sentido, contrastar su capacidad, por citar un par de títulos muy representativos en su carrera, encarnando al joven ciego lleno de contradicciones de En la ardiente oscuridad de Buero Vallejo o al atribulado Numeriano Galán en La señorita de Trevélez de Arniches. En los miles de interpretaciones que nutren su inagotable nómina de trabajos, se alternan con igual soltura la prosa y el verso, lo cómico y lo trágico, el teatro convencional con el musical, sin olvidar su intensa labor en doblaje.
Luisito Varela se inició en el teatro -su reconocida vocación- con diez años, pasando enseguida a la radio y, de allí, a actor infantil de los primeros espacios dramáticos de TVE, siendo requerido para el cine, todavía adolescente, por directores como Berlanga (Los jueves, milagro) o Ladislao Vajda (Un ángel pasó por Brooklyn).
De ahí en adelante, su trayectoria ha proseguido de manera continua hasta llegar, en sus últimos años en activo, a convertirse en actor de referencia para jóvenes directores como, entre otros muchos, Álex de la Iglesia.
Adentrarse en el recorrido artístico y vital de Luis Varela sirve también para rendir homenaje a tantos profesionales, cuyos nombres transitan por estas páginas, que hicieron posible la sorprendente historia del teatro, el cine y la televisión españoles. Historia que, de uno u otro modo, es la nuestra.
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