Todos aquellos que reivindicaban desde hace años la figura de Edgar Neville como uno de los grandes directores de cine de nuestro país de todos los tiempos, tienen un doble motivo para alegrarse.
Por un lado, no sabemos si por esas casualidades de la vida o porque a los programadores de La2 de televisión española les ha venido un ataque de lucidez, desde hace unas semanas y con frecuencia inusitada se están proyectando en esta cadena, dentro de su recomendable programa Historia de nuestro cine, algunos de sus títulos más emblemáticos de este singular cineasta, algo que no se recordaba.
Y por si fuera poco, Shangrila Ediciones, dentro de su magnífica colección Hispanoscope, ha publicado la que podríamos considerar como biografía definitiva del director: Edgar Neville. Duende y misterio de un cineasta español, un auténtico alarde de investigación rigurosa por parte de su autor, Christian Franco Torre, que desvela aspectos hasta ahora desconocidos u obviados sobre la vida y obra del hacedor de clásicos incombustibles como La Torre de los siete jorobados; El último caballo; La vida en un hilo o El crimen de la calle Bordadores. 517 páginas que se leen como un suspiro y que nos proveen de información detallada y minimizada.
El libro se divide en dos partes bien diferenciadas: la primera detalla de manera pormenorizada la biografía de Neville, dividida en amplios capítulos donde se hace hincapié en su juventud (llegó a alistarse con los húsares para luchar en la guerra de Marruecos; la época de formación que incluye el periodo que pasó en Hollywood entre 1928 y1931; sus primeras películas (¡Yo quiero que me lleven a Hollywood, Falso noticiario, El malvado Carabel); los años convulsos de la Guerra Civil española, donde se las vio y se las deseó para no acabar fusilado y su periplo profesional en Italia (1938-1941); sus años de madurez, donde se nos habla tanto de su asentamiento en la industria que da pie a sus trabajos más conocidos y recordados como de su faceta de productor con sus proyectos y coproducciones nacionales e internacionales.
Esta primera entrega concluye con sus últimos años de vida que además coinciden con un periodo de decadencia profesional.
En cuanto al segundo bloque del libro, se trata de un análisis mucho más profundo y minucioso sobre las constantes tanto estructurales como argumentales que se repiten a lo largo de toda su filmografía. Bajo el subtítulo de El estilo cinematográfico de Edgar Neville, se abordan temas como su declarado casticismo (la recuperación de ese Madrid perdido fue un tema esencial en su cinematografía, además de estudiar el estado del flamenco en su documental Duende y misterio del flamenco), la influencia que el cine de Hollywood tuvo en sus producciones (llegó a trabar amistad con Charles Chaplin, quien le contrató como actor de reparto en Luces de la ciudad ) y su espíritu vanguardista (cristalizado en una definida concepción del relato que le unió a contemporáneos como Miguel Mihura o Tono).
En definitiva, estamos ante un auténtica edición de lujo que no debería pasar inadvertida tanto para los admiradores confesos de la figura del director, que se servirán de este imprescindible trabajo como referente de rigor que les permitirá ahondar en sus conocimientos, como para todos aquellos que quieran descubrir un personaje decididamente a contracorriente de su época, un artista que consiguió imponer la singularidad de su obra dentro de una industria cinematográfica empeñada en martillear a los espectadores con hazañas patrias y vidas de religiosos.
